Intervalos

2020

Llevo varios años trabajando con la ciudad. Cuestionando el territorio en el que habito y construyendo una nueva identidad, mi identidad. Una mirada desde lo extraño y lo nuevo al principio para lograr reconocerme en aquello que tengo enfrente.

Estas ciudades con las que trabajo representan el espejo como imagen de la reflexión sobre la propia identidad. Esta dualidad entre Narciso y el Vampiro de la que habla Fontcuberta en su libro El beso de Judas: fotografía y verdad: “alguien que persigue el reflejo del que carece”. Nos mantenemos en una paradoja constante buscándonos a nosotros mismos. El horizonte de la utopía del ser. Un no horizonte. Somos intervalos. El contrapunto entre lo que creemos ser y lo que deberíamos ser. No hay arriba ni abajo. La simetría se quiebra, los colores se invaden unos a otros. En estos collages hay un intento de reencuadrar y recomponer nuestras mil fachadas.